.07: Democracia de relleno.

Pensándolo bien, si analizas un diario, un noticiero, llegas a una conclusión simple pero importante: haya o no haya noticias, hay un espacio que se debe llenar día a día, pase algo o no pase nada.
El sistema funciona porque se llena ese espacio, y muchas veces cuando se mira un informativo se dice “no tienen nada para decir” cuando notamos que la sección deporte ocupa unos 20 minutos de la programación.
Esta necesidad de que se llene cada espacio lleva a que muchas veces las noticias que llegan no son ni interesantes ni nuevas, son más bien temas que se siguen arrastrando por días y días, con poca o escasa novedad, pero que ocupa un espacio y por eso es importante. El contenido en sí no llega a ser tan importante como llenar el espacio necesario.

Ahora, traslademos este pensamiento a nuestra democracia, pensemos un poco por fuera de lo normal. En nuestra democracia, ya tenemos de antemano la cantidad de puestos que deben ser llenados, y no son pocos: 99 Representantes, 30 Senadores, con sus subsecretarías y un muy largo etcétera. Estos puestos se llenan, si o si, en cada elección. Siempre que se habla de reformar el Estado, este tema no se toca.
Y por eso sucede lo que sucede en cualquier elección: las personas que terminan ocupando esos cargos suelen ser “de relleno”. No digo que todos, claro, pero en un país pequeño como Uruguay que haya tantas personas a cargo de tan poco, parece una redundancia. Y por si fuera poco, en todo el trámite burocrático siempre están surgiendo comisiones y reuniones extraordinarias para resolver casos especiales, como si ya con 129 personas no bastara.
El aparato estatal se tiene que llenar de personas, si o si, y eso lleva a que haya personas que de repente el común de la población apenas conoce, o ni siquiera los conoce, que el mérito más grande que tienen es que siguen al político de turno como llevados por un lazarillo, y buscan colocarse para ganar un sueldito y, si es necesario, trabajar algo. Entonces, así como hay noticias que están de relleno, hay personas de relleno en cargos que no son útiles.
Por supuesto que noticias de relleno en un diario o en la tele podrán molestar levemente a las personas, pero no significar un daño real. Por otro lado, que haya personas de relleno, poco o nada conocidas por la población en general, que están a cargo de la conducción del país, y de decidir nuestro futuro, muchas veces sin representar ni de cerca lo que la población quiere sino los intereses de un pequeño grupo, eso sí debe alarmar y asustar un poco más.

Paz, fuera.